miércoles, agosto 08, 2007

DIDÁCTICA CONCRETA PARA LA DISOLUCIÓN DEL YO...




Lo importante es llegar a cristalizar Alma en nosotros. ¿Qué se entiende por "Alma"? Por Alma se entiende a ese conjunto de cuerpos, atributos, poderes, virtudes, cualidades, etc., que subyacen en el Ser.
Los Evangelios dicen:
-"En paciencia, poseeréis vuestras Almas...".
Hoy por hoy, nosotros no poseemos nuestras Almas; antes bien, el Alma nos posee, somos una carga pesada para eso que se llama "Alma", un fardo realmente abrumador. Llegar a poseer Alma es un anhelo; ser dueños de nuestras propias Almas es formidable; aún más: el mismísimo cuerpo físico debe llegar a transformarse en Alma...
Quien posee su Alma dispone de poderes extraordinarios; aquellos que han llegado a cristalizar Alma, se han convertido, por tal motivo, en criaturas absolutamente diferentes; eso está escrito como testimonio en los Libros Sagrados de todas las religiones del mundo. Pero bien sabemos que si el agua no hierve a cien grados no cristaliza lo que debe cristalizar, no se desintegra lo que debe desintegrarse; así que, en todo caso, se necesita que "el agua hierva a cien grados...".
Obviamente, si no pasamos por grandes crisis emocionales, tampoco podemos llegar a cristalizar Alma; para la disolución radical de cualquier agregado psíquico inhumano, se necesita pasar inevitablemente por graves crisis emocionales. He conocido gentes capaces de pasar por tales crisis; me viene a la memoria el caso de cierta hermana gnóstica, de la Sede Patriarcal de México, quien, pasara por tribulaciones espantosas, por horribles crisis morales al recordar graves errores de sus existencias anteriores. Gentes así, con esa tremenda capacidad de remordimiento; personas así, tan capaces de pasar por gravísimas crisis emocionales, obviamente pueden cristalizar Alma. Lo que nos interesa a nosotros es precisamente eso: la cristalización de todos los principios anímicos dentro de nosotros mismos, aquí y ahora.
En el Oriente, hay instructores que desafortunadamente no han eliminado todo ese conjunto de elementos indeseables que se llevan en la psiquis. No está de más decirles a ustedes, para su información, que a los citados elementos se les denomina en el Tíbet, "agregados psíquicos". En realidad, tales agregados son los mismos "yoes" que personifican nuestros errores... Cuando un instructor, de esos que todavía no han eliminado los agregados psíquicos, tiene a su cargo un grupo de discípulos, incuestionablemente, éstos deben tener una gran paciencia y aguantarle todo el día, al citado Instructor, sus patanerías, etc. Los discípulos o chelas ven, sorprendidos, que tales agregados psíquicos van pasando en procesión continua por la personalidad del instructor. Habrá, al fin, un instante en que la procesión ha de terminar, y entonces podrá expresarse el Maestro para dar la enseñanza. Esa es la causa causorum por la cual los discípulos de cualquier instructor de esos, que todavía no han eliminado el "Ego", tienen una paciencia elevada al máximo; esta clase de chelas tienen que aguantar, aguantar y aguantar, porque en cualquier instante el Maestro, al fin, toma posesión de su vehículo y les da las enseñanzas...
No es nada delicioso estarle aguantando todo el día insultos al instructor, ser víctima de todas sus patanerías; pero al fin llega el Maestro, y eso es lo que importa. Son Bodhisattvas caídos, y éstos no han disuelto el "Ego"; pero como quiera que son Bodhisattvas, hay que aguantarles hasta que llegue el Maestro y dé la enseñanza; así piensan todos esos chelas o discípulos tibetanos...
Prosiguiendo, diremos que cada agregado psíquico es como una persona dentro de nosotros; no hay duda de que estos agregados poseen los tres cerebros: el intelectual, el emocional y el motor-instintivo-sexual; es decir, cada "Yo" o agregado, (que es lo mismo), es una persona completa; cada "Yo", cada agregado tiene su criterio propio, individual, tiene sus ideas, sus conceptos, sus deseos, realiza determinados actos; cada agregado llega a gozar de cierta autonomía. Miradas las cosas desde este ángulo, estudiadas a fondo, llegamos a la conclusión lógica e inevitable de que dentro de nuestra propia persona habitan muchas personas, y lo más grave es, que todas éstas riñen entre sí, se pelean por la supremacía; cada cuál quiere ser el amo, el señor...
¿A qué se parecería nuestra casa interior? Yo diría que a una horripilante mansión en donde hubiera muchos criados, y donde cada cuál se sintiera el señor. Es claro que mirada tal casa a la luz de estos razonamientos, resulta espantosa e insólita; lo curioso del caso son precisamente los conceptos que se forjan cada uno de los "señores" de la casa; el uno dice:
-"Voy comer, tengo hambre".
Entra un segundo en conflicto y dice:
-"¡Al diablo con la comida, voy a leer el periódico!".
Surge más allá un tercero en conflicto, y en forma irrevocable dice:
-"¡Qué comida ni qué lectura; voy a la casa de mi amigo fulano de tal".
Dice así estas palabras, incongruentes todas, y la humana Personalidad, movida por este resorte íntimo, abandona pues la morada para irse por allí, por esas calles...
Si nos pudiéramos ver de cuerpo entero, tal como somos, ante un espejo, puedo asegurarles que quedaríamos perfectamente locos; estamos, todos, llenos de horripilantes contradicciones; esto es nefasto para todos. No tenemos verdadera existencia real.
Al nacer, todos somos hermosos porque disponemos de un porcentaje de un 3% de conciencia libre, como dije en mi obra titulada: Tratado de Psicología Revolucionaria; el 97% restante está enfrascada entre la multiplicidad del "Ego". Eso que hay de Esencia libre, impregna al huevo fecundado y surge a la existencia, reincorporada nuevamente. Así que, el niño recién nacido posee eso precisamente: un 3% de conciencia libre, no embutida entre ningún "Ego"; el porcentaje de Esencia manifiesta en el niño, es auto-consciente...
¿Cómo vería un recién nacido a los adultos, a sus padres, hermanos, parientes...? En la misma forma que ustedes verían a un drogadicto. Pero vean ustedes cómo los adultos se sienten hasta con autoridad para educar al niño, creen ellos que pueden educarlo. El niño, a su vez, se siente completamente mal, como una víctima de los que quieren enseñarle. El los ve desde su propio ángulo; está despierto, percibe los agregados psíquicos de sus parientes, de los hermanos, etc.; visualiza también a sus propios agregados, que entran y salen del recinto, dando vueltas a la cuna. A veces las visiones son tan espantosas, que el niño no puede menos que llorar aterrorizado; entonces los padres no entienden estas ocurrencias del infante; a veces acuden al médico, o en el peor de los casos van en busca de algún espiritista o "médium" de mal agüero que logra "arreglar" el caso. Ese es el estado insólito en el que vive la humanidad dormida. En todo caso, el pobre infante es víctima de todas esas locuras de los mayores; a él, con paciencia, no le queda más que soportar el látigo de los verdugos; esa es la cruda realidad de los hechos...
Posteriormente, cuando ya la humana personalidad está formada, en verdad, comienzan a entrar en el cuerpo del infante todos esos agregados psíquicos inhumanos que le pertenecen; entonces se notan cambios en la criatura: se vuelve "berrinchuda", molestosa, celosa, iracunda, etc., etc., etc., y otras tantas hierbas. Es lamentable esto, ¿verdad?, pero así es. Y al fin, el que era niño se volvió adulto, las cosas cambiaron; ya no es aquel niño juguetón, auto-consciente de otros tiempos, no; ahora es el bribón de la cantina, el negociante, el lujurioso, el hombre celoso, etc.; y en fin, se ha convertido en eso que el niño miraba con horror. Es claro que la criatura se horrorizaba al ver al adulto; ahora el niño se ha vuelto adulto, y lo peor del caso es que se le ha dormido la conciencia; ya no es capaz de mirarse con horror a sí mismo... En realidad de verdad, hermanos, cada uno de los agregados psíquicos que surge en nosotros tiene determinados compromisos. Podríamos decir, sin exageración alguna, que el ladrón, por ejemplo, lleva dentro de sí mismo una cueva de ladrones, cada uno de ellos con múltiples compromisos en distintos días, horas y lugares; que el fornicario irredento carga en su interior, para colmo de los colmos, una casa de citas; que el homicida, obviamente, lleva en su psiquis un club de asesinos, y es claro, cada uno de éstos en el fondo tiene sus compromisos; que el mercader en su interior lleva una plaza de mercado, y así sucesivamente...
Mas, ¿cómo se teje y desteje nuestro propio destino? Mucho dijo Gurdjieff sobre la Ley de Recurrencia. Ouspensky, Collins, Nicoll, etc., comentaron sobre tal ley, mas nosotros en el terreno de la investigación hemos ido más lejos; conocemos a fondo la mecánica viva de la Ley de Recurrencia, y esto es muy importante. Un sujeto X-X, por ejemplo, que en una pasada existencia fuera, dijéramos, adúltero, y hubiese dejado a su mujer por otra dama, es claro que al renacer trae en su psiquis al "Yo" del adulterio, al mismo que cometiera el delito. Éste no podrá expresarse en los primeros años de la infancia, ¡imposible!, pues si el suceso fue a la edad de treinta años, por ejemplo, indubitablemente el "Yo" del adulterio aguardará en el fondo de la psiquis, dentro del terreno de lo infrahumano, en las esferas subjetivas, a que llegue la consabida edad de los famosos treinta años; cuando esa edad llegue, el "Yo" resurgirá desde el fondo con gran fuerza, se apoderará del intelecto, del centro emocional y del centro motor-instintivo-sexual de la máquina para ir a buscar a la dama de sus ensueños. Antes, se habrá puesto en contacto telepático con el "Ego" de aquella dama; posiblemente se habrían dado cita en algún lugar, tal vez en un parque o en una fiesta, y es obvio que viene después el reencuentro. Pero lo interesante es ver cómo ese "Ego" sumergido puede jalar al intelecto, mover a los centros emocional y motor de la máquina, y llevarse la máquina precisamente al lugar donde tiene que encontrarse con la dama de sus ensueños. Inevitablemente, el mismo proceso se realizará en ella, y la escena se repetirá otra vez tal como sucedió.
Supongamos que un caballero X-X, en una cantina, se peleó en la pasada existencia con otra persona, con otro hombre, por tal o cual motivo, posiblemente baladí. ¿Creen ustedes que por el hecho de que el cuerpo físico dejó de existir, aquel "Yo" va a desaparecer? No, simplemente continuará en la "dimensión desconocida", pero al renacer el "Ego", al retornar, al volver a tomar un nuevo cuerpo, llegará el momento en que podrá entrar en actividad; aguardará la edad en que sucedió el hecho en la pasada existencia. Si fue a los veinticinco años, aguardará hasta los consabidos veinticinco años; él permanecerá en el fondo de la psiquis entre tanto, y cuando llegase el momento, obviamente se apoderará de los centros de la máquina para repetir la "hazaña". Antes, se habrá puesto en contacto telepático con el otro X-X sujeto, y se habrán dado cita posiblemente en otra cantina; allí, al mirarse, se reconocerán otra vez los dos, se herirán mutuamente con la palabra, y el hecho se repetirá...
Vean ustedes cómo por debajo de nuestra zona concientiva y de nuestra capacidad razonativa, se realizan distintos compromisos; así es como la Ley de Recurrencia trabaja, esa es la mecánica de tal ley. Claro está que miradas las cosas de este modo, de esta manera, no tenemos en verdad lo que podríamos denominar libertad total, libre albedrío; es muy poco el margen que tenemos de libre albedrío. Imaginen ustedes un violín dentro de su estuche: el pequeño margen que puede haber entre el violín y el estuche es casi mínimo; ésto nos daría una idea del pequeño margen de libertad que nosotros poseemos. En realidad de verdad, estamos metidos dentro de la mecánica de la Ley de Recurrencia, y esto es lamentable.
Un hombre es lo que es su vida; si un hombre no trabaja su propia vida, ese hombre está perdiendo el tiempo miserablemente. ¿De qué modo podríamos nosotros liberarnos de la Ley de Recurrencia? Pues trabajando nuestra propia vida. Incuestionablemente, nuestra propia vida está compuesta de comedias, dramas y tragedias; la comedia es para los cómicos, los dramas para las personas normales, y las tragedias para los perversos... En los Misterios de antaño no se aceptaba a ningún trágico; se sabía que éste era castigado por los Dioses, y obviamente el Guardián le rechazaba con la punta de la espada. ¿Que necesitamos disolver los "yoes"? Eso es lógico; éstos son los "actores" de las comedias, dramas y tragedias. ¿Podría, acaso, haber una comedia sin cómicos? ¿Podría existir un drama sin actores? ¿Creen ustedes que podría desarrollarse, en cualquier escenario del mundo, alguna tragedia sin trágicos, sin actores? Obviamente que no, ¿verdad? Entonces, si queremos cambiar nuestra propia vida, ¿qué debemos hacer? No nos queda más remedio que disolver a los actores de las comedias, dramas y tragedias ¿Y quienes son esos actores?, ¿dónde viven, y por qué? Yo les digo a ustedes, en verdad, que esos actores son del tiempo, que en realidad cada uno de esos actores viene de antiguas edades. Si decimos que el "Yo" es un libro de muchos tomos, estamos asegurando una gran verdad; si afirmamos que el "Ego" viene de muchos ayeres, es cierto. Entonces el "Ego" es tiempo, los "yoes" personifican al tiempo; son nuestros propios defectos, nuestros propios errores contenidos en el reloj del tiempo; son el polvo de los siglos en el fondo mismo de nuestra psiquis...
Cuando uno conoce la didáctica precisa para la disolución de esos elementos indeseables que llevamos dentro, consigue insólitos progresos. Se hace indispensable, urgente, inaplazable, conocer con exactitud la didáctica; sólo así se hace factible la desintegración de esos elementos indeseables que se llevan dentro...
En alguna ocasión nació en la Atlántida un Iniciado; ese hombre se desenvolvió en un hogar delicioso, donde solamente reinaba la armonía, la felicidad, la sabiduría, la riqueza, la perfección, el amor. Llegó un momento en que aquel hombre, a través de las diversas técnicas y disciplinas de la mente, consiguió el auto-descubrimiento; entonces, con horror se dio cuenta de que llevaba en su interior elementos abominables; comprendió que necesitaba de un gimnasio especial, de un "gimnasio psicológico", y es claro que en aquel ambiente de perfección no existía tal gimnasio; no, le quedó más remedio que abandonar la casa de sus padres y situarse por allí, en los suburbios de cualquier ciudad atlante; se creó a sí mismo el gimnasio de tipo psicológico, un gimnasio que le permitió el auto-descubrimiento de sus propios defectos. Es claro, desintegró los agregados psíquicos y se liberó...
En verdad, mis estimables hermanos, que las peores adversidades nos ofrecen las mejores oportunidades. Constantemente llegan a mí cartas de distintos "hermanitos" del Movimiento Gnóstico Internacional; unos se quejan de su familia, de su papá, de su mamá, de sus hermanitos; otros protestan contra la mujer, contra los hijos; aquéllas hablan con horror de su marido, etc., y piden, naturalmente, un bálsamo para consolar su adolorido corazón. Hasta ahora, entre tantas cartas, no he visto una siquiera de alguien que esté contento con tales situaciones tan adversas. Todos protestan, y eso es lo lamentable; no quieren el "gimnasio psicológico", antes bien, quisieran huir del mismo, y a mí, como instructor, no puede darme menos que dolor. Digo: "¡Pobres , gentes, no saben aprovechar el gimnasio psicológico; quieren un paraíso, no quieren entender la necesidad de las adversidades, no quieren sacar partido de las peores oportunidades; en verdad que no desean el auto-descubrimiento!".
Cuando uno quiere auto-conocerse, obviamente necesita de rudos gimnasios, porque es en esos gimnasios del dolor donde los defectos que uno lleva escondidos afloran inevitablemente. Defecto descubierto en tales situaciones, debe ser trabajado profundamente, y en todos los niveles de la mente. Cuando uno, en realidad de verdad, ha comprendido tal o cual error de tipo psicológico, está listo ciertamente para la desintegración. Los solteros, como quiera que no poseen el Vaso Hermético, es obvio que tampoco pueden trabajar en la Novena Esfera; mas sí pueden, de todas maneras, apelar a Dios-Madre, a Stella Maris, la Virgen del Mar; a ese fuego viviente y filosofal que se halla latente en toda materia orgánica e inorgánica; Kundalini, le llaman en el Indostán. Si uno apela a ese tipo de energía, si concentra su corazón y su mente, y sus sentimientos más profundos en Ella, será asistido; estoy seguro que ese ígneo poder podrá reducir a cenizas, a polvareda cósmica, el agregado psíquico en cuestión...
Ahora bien, conviene saber que el poder serpentino anular que se desarrolla en el cuerpo del asceta gnóstico, multiplica su poder mediante la fuerza electro-sexual, precisamente en la Forja de los Cíclopes. Por todos estos motivos, la mujer que tiene varón, o el hombre que tiene sacerdotisa, mujer, podrán trabajar realmente, y a fondo, precisamente durante la cópula química; entonces solo les basta la debida concentración en Devi Kundalini; ella es la Cobra Sagrada de los antiguos Misterios. Claro, que reforzada con el poder eléctrico del sexo, con la electricidad sexual trascendente, puede, en realidad de verdad, aniquilar, pulverizar, reducir a cenizas de forma muy rápida, cualquier agregado psíquico inhumano que previamente hayamos comprendido.
En todo caso, mis estimables hermanos, antes que todo se necesita descubrir el defecto que vamos a reducir a polvo; tal defecto no podría ser descubierto si no usáramos el sentido de la auto-observación psicológica... Cualquier situación adversa nos ofrece riquísimas oportunidades; desafortunadamente, las gentes quieren huir de las situaciones adversas, protestan en vez de dar gracias al Padre por tan brillantes ocasiones. Hay gimnasios psicológicos muy duros, dificilísimos, imposibles o cuasi imposibles, empero mientras más difícil sea el gimnasio, tanto mejor para el auto-descubrimiento...
Supongamos que tuvimos que pasar por una situación de celos; que alguien, X-X, encontrara de pronto a su esposa platicando muy quedito, muy quedito, en cualquier rinconcito de la casa, con otro sujeto... Nada agradable, pues, aquel evento en verdad, pero magnífico para el auto-descubrimiento. Posiblemente, durante el hecho surgieron no solamente los celos, posiblemente hubo ira, reclamos a la mujer, tal vez despecho: el "Yo" del amor propio pudo haberse sentido herido, ofendido -¡se quiere tanto la gente!-. En fin, ¿qué hacer? Muy tranquilos en la noche, acostados en nuestra cama, en decúbito dorsal, es decir, boca arriba, con el cuerpo relajado, los ojos cerrados, respirando rítmicamente, debe reconstruirse la escena tal como sucedió. Entonces, visualizando, recabaremos datos psicológicos; hallaremos al "Yo" de los celos como primero en acción; segundo, el de la tremenda ira; tercero, el del amor propio herido mortalmente.
Descubiertos esos tres que en la escena entraron en acción, habrá de dárseles trabajo de inmediato, habrá que disolverlos; una vez comprendidos no queda más remedio que reducirlos a cenizas. Se entrará a trabajar en todo caso, de inmediato, ya en la Novena Esfera, o posiblemente solos. Claro, es muy claro que en esos momentos nadie tiene ganas de trabajar en la Novena Esfera; está tan ofendido que lo único que le convendría sería un buen baño y darse un kilo de jabón, a ver si así se le pasa. Pero si a pesar de todo logra tener cierta autonomía como para trabajar en la Forja de los Cíclopes, tanto mejor, eso es proceder. Invocar precisamente, durante el coito químico, a la Kundalini-Shakti, suplicarle primero, elimine a ese asqueante monstruo de los celos; segundo -después de haber trabajado a fondo en el de los celos-, ahí mismo, siga con el de la ira; hay que reflexionar no en la ira en abstracto, si no en la ira específica particular, en esa que sentimos...; y tercero, al del amor propio. Ciertamente, la gente se quiere demasiado a sí misma; ese "Yo" del amor propio está muy arraigado en todo el mundo: si nos dan dos palmaditas en el hombro, sonreímos deliciosamente, pero si nos dicen alguna palabrita humillante, nos volvemos serios y terribles. Ese "Yo" del amor propio hay que aniquilarlo; es al tercero, al que habría que cargarle todo el poder de la Kundalini-Shakti. Lo que viene en subsiguientes días y horas es el mismo trabajo, hasta que los "tres colegas" de tan fatal escena fuesen aniquilados...
Obviamente, es de la vida práctica de donde debemos sacar el material para la disolución del "Ego"; los hermanos tienen la tendencia a escaparse de la vida práctica, lo cual es manifiestamente absurdo... Recuerdo, cuando estaba en el trabajo de la disolución del "Ego", que en cierta ocasión un hijo mío cometió un error, cual fue el de atropellar con su coche a otra persona, a un obrero. Ciertamente, me costó determinada suma, unos dos mil pesos para el herido y otra tanta cantidad para la policía; así evité que ese pobre muchacho fuera a dar a la cárcel. Pero allí no terminó la cuestión; la realidad es que cuando hube de ir a cancelar la deuda, el hijo aquél, en vez de agradecer, protestaba con cierta violencia; él no estaba de acuerdo en que yo le diera esos dos mil pesos a ese pobre e infeliz obrero, pero a mí me pareció justo el dárselos. Se los di, y en la protesta hubo palabras, si no (por lo menos) de carácter grotesco, sí bastante ingratas. Ira no sentí, debido al hecho de haberla disuelto; cierto dolor en el corazón, sí.
De inmediato me entregué a la meditación, para saber en que consistía ese dolor que había sentido en el corazón, y pude verificar, claramente, el crudo realismo de un "Yo" del amor propio que había sido herido. Como quiera que el sentido de la auto-observación psicológica lo tengo bien desarrollado, no me fue difícil percibir, en forma directa, tal "Yo". De inmediato lancé unas cargas de electricidad sexual trascendente contra el desdichado; lo trabajé por unos días, y al fin se fue reduciendo poco a poco hasta tomar la forma de un niño, y siguió reduciéndose hasta volverse polvareda cósmica...
Así es como se trabaja, mis estimables hermanos. Pero, ¿de dónde saqué yo el material para trabajar? Fue de un hecho concreto, claro y definitivo; pero en los hermanos hay la tendencia de huir de los hechos prácticos de la vida, y eso es absurdo, completamente absurdo...
En alguna otra ocasión -y me gusta citar ejemplos vividos con propósitos de orientación colectiva-, estaba yo muy afectado con cierta irritabilidad por palabras de aquél hijo, que por cierto no eran hermosas. Mantuve siempre control sobre mi mente, y jamás exploté, jamás rasgué mis vestiduras; en verdad esto fue un triunfo, pero no hay duda de que allá adentro, muy adentro, no dejaban de producir algunas reacciones nada agradables. Cuando exploré con el sentido de la auto-observación psicológica, con gran asombro descubrí a un "Yo" fornido, robusto, bastante gordito por cierto, peludo como un oso, andando por el corredor de mi vieja "casa señorial". "¡Ah, cuan escondido estabas, condenado! -le dije-, ahora sí te voy a dar 'chicharrón'; conmigo no puedes...". Conclusión: apelé a Devi Kundalini Shakti; conforme lo trabajaba, aquél monstruo iba perdiendo volumen, se iba empequeñeciendo en forma didáctica, y a medida que se empequeñecía, se embellecía también; así parecía un niño muy hermoso, hasta que un día La Divina Madre Kundalini le dio "chicharrón", lo decapitó. Posteriormente se redujo a polvo, no quedó nada del mismo; pero eso sí, me dediqué de lleno a acabarlo, trabajando de día y de noche, a todas horas y a cada momento, hasta que dejó de existir...
El sentido de la auto-observación psicológica se va así desarrollando, y se irá desarrollando en cada uno de ustedes, conforme lo vayan usando; no olviden que "sentido que no se usa, se atrofia". Un día llegará en que el sentido de la auto-observación de ustedes, se habrá desarrollado de tal manera, que podrán percibir a tales agregados psíquicos. Aún más, podrán darse cuenta del resultado del trabajo sobre tales agregados.
En nombre de la verdad tengo que decirles que así como allá en el firmamento existe una Luna, así también, mis queridos hermanos, dentro de nosotros existe una Luna psicológica. Y así como la Luna que brilla en el firmamento tiene dos caras: la que se ve y la que no se ve; así también dentro de nosotros la Luna psicológica tiene dos aspectos, el que es visible a simple vista, mediante el sentido de la auto-observación psicológica, y aquél que a simple vista no se percibe: el oculto, desconocido e incógnito. Sin embargo, este último se torna visible cuando el sentido de la auto-observación psicológica se ha desarrollado hasta el máximo. Creo que los hermanos, pues, van entendiendo todas estas cosas. Ahora tienen ustedes que lanzar toda la carga contra los agregados psíquicos de la parte visible de la Luna psicológica; mucho más tarde, en tiempo, habrán de lanzarse contra los elementos indeseables de la luna negra, esos que a simple vista no se ven. Muchos santos lograron aniquilar los agregados psíquicos de la parte visible de su Luna psicológica, mas nunca supieron nada sobre los elementos indeseables de la otra cara de su Luna, y aunque se sumergieron en el Nirvana, y en el Mahaparanirvana, debieron retornar más tarde para continuar su trabajo con la cara oculta de la Luna psicológica. En todo caso, ya se trate del aspecto meramente visible de la Luna psicológica o de la oculta, los elementos para el trabajo tenemos que encontrarlos en los hechos concretos de la vida práctica. Así que no se me escapen, no intenten evadirse de la vida real; deben ser, más prácticos si es que quieren en verdad desintegrar el "Ego". Conforme lo vayan haciendo, a medida que los agregados psíquicos se vayan pulverizando, la Esencia contenida en los mismos se irá emancipando; ese es el camino para cristalizar en nosotros eso que se llama "Alma...".
Habrán de pasar ustedes, todos, por grandes crisis morales; no es esto cuestión de mero intelecto, no; no se trata de simple demagogia, de vana palabrería de charla ambigua; no. Repito lo que dije, aunque me haga cansón: si el agua no hierve a cien grados, no se cocina lo que se tiene que cocinar, no se desintegra lo que se debe desintegrar; así que, si no pasamos por espantosas crisis emocionales, no se desintegran esos "yoes".
Cuando vi a ese "Yo" del amor propio, que muy escondido estaba en los repliegues más profundos de mi psiquis, sentí gran dolor, hube de pasar por grandes crisis emocionales; sufrí mucho, sí, mucho, y me arrepentí de verdad, entonces conseguí que Devi Kundalini Shakti pulverizara a tal elemento indeseable. Cuando descubrí que había por allí un demonio muy perverso que sentía ira, y que venía de tiempos muy antiguos, sufrí lo indecible, pasé por horribles crisis emocionales, sentí vergüenza de mí mismo; conseguí que Kundalini Shakti pulverizara a tal elemento psíquico abominable...
Así pues, no se escapen. Los elementos indeseables los descubrirán ustedes en el terreno de la vida práctica; todo lo que se necesita es estar alerta y vigilante como el vigía en época de guerra... Estamos hablando, sí, pero tal vez: ¿Qué palabras estoy diciendo? Así que, debemos estar alertas con nuestras palabras... ¿Tenemos emoción? Sí tenemos, pero: ¿Qué clase de emoción? Tal vez estamos emocionados con un "tango", cuando escuchamos las canciones de Carlos Gardel... ¿Qué clase de emociones tenemos? ¿Son buenas?, ¿son malas? ¿Serán emociones altas, o simplemente inferiores? Eso de salir de una fiesta, movidos por emociones inferiores, bailando algo meramente profano, ¿qué está indicando?
De manera que en los hechos de la vida práctica debemos descubrirlas; las emociones inferiores acusan, indican, "yoes" emocionales inferiores que hay que desintegrar. Si nosotros no extirpamos, si no hacemos sangrar con el cuchillo de la auto-crítica, a las emociones inferiores, no será posible que se desarrolle en nosotros el Centro Emocional Superior, que tan necesario es, precisamente, para recibir los mensajes que vienen de los Mundos Superiores.
Así que, es en la vida donde podemos auto-descubrirnos; tenemos que estar acechando nuestras propia palabras, nuestros propios pensamientos, nuestras propias ideas. ¿Que de pronto llega a la mente un pensamiento lujurioso, una escena morbosa? ¿Ustedes creen que habrá llegado "así que porque sí"? ¿Qué indica eso? No hay duda de que tras ese cine nefasto de la mente, tras esa procesión de formas morbosas, algún "Yo" de la lujuria está en actividad. Sí, hay "yoes" de la lujuria, y estos se apoderan de los "rollos" que cargamos en el cerebro: cuadros de recuerdos y de formas pasionarias que luego proyecta sobre la pantalla del entendimiento; si uno se identifica con esas escenas morbosas, fortifica también a los "yoes". Así que, si en un instante dado somos asaltados por pensamientos de esa clase, se hace indispensable invocar a la Divina Shakti Kundalini, para que con su flamígero poder extraordinario, reduzca a polvo tal "Yo". Si no procedemos así, si antes bien nos identificamos con el mismo, si las escenas de lujuria nos encantan, entonces en vez de ser disuelto tal "Yo", se fortificará espantosamente.
Cada uno de nosotros tiene la conciencia embotellada entre todos esos personajes de los distintos dramas, tragedias y comedias de la vida; cada uno de nosotros tiene la conciencia embotellada entre los "Egos"; reduzcamos los "Egos" a polvo, y la conciencia será libre. Una conciencia libre es una conciencia iluminada, es una conciencia que puede ver, oír y palpar las grandes realidades de los Mundos Superiores, es una conciencia omnisciente y divinal... El día en que ustedes hayan aniquilado el "Ego" en su totalidad, lo último que deben aniquilar es, ¿qué? ¡Los gérmenes del "Ego"! Muerto el "Ego", quedan los gérmenes que son terriblemente malignos; esos gérmenes también deben ser desintegrados, reducidos a cenizas...
Necesitamos tomar posesión de sí mismos, si es que queremos ser Reyes y Sacerdotes de la Naturaleza según el Orden de Melquisedek; no podríamos tomar posesión de sí mismos, en tanto continúe la conciencia embutida entre los diversos elementos indeseables de la psiquis. La conciencia que ha tomado posesión de sí misma, es una conciencia libre; una conciencia que ha tomado posesión de sí misma, es admitida en la Orden de Melquisedek; es una conciencia iluminada, perfecta; eso es lo que nosotros necesitamos. El día en que ustedes hayan tomado, dijéramos, conciencia iluminada; el día en que ustedes se hayan hecho libres de verdad, ese día también habrán cristalizado eso que se llama "Alma", y serán todo Alma, y hasta sus cuerpos físicos se volverán Alma; estarán cargados de atributos y poderes cósmicos, poderes que divinizan...
Les he enseñado hoy, pues, una didáctica precisa, a través de una dialéctica definida, y en este preciso instante vamos a entrar en meditación; pero antes es necesario saber sobre qué vamos a trabajar, de lo contrario no tendría sentido lo que vamos a hacer. Como quiera que ustedes son personas que luchan por el auto-descubrimiento, es obvio que están trabajando sobre tal o cual error psicológico... ¿Hay alguno de ustedes que todavía no sepa sobre lo que va a trabajar? ¿Es posible que exista aquí, en este grupo, algún hermano que no esté ocupado en desintegrar algún defecto? Si así fuera, me gustaría conocerlo:
Alumno.- Yo estoy trabajando, pero concretamente le quiero preguntar -porque en la vida práctica surge uno u otro defecto, entonces uno se confunde-: ¿Sobre cuál trabajar? Yo le pido, por favor, que me diga sobre cuál...
Maestro.- ¿Sobre cuál estás trabajando tu?
Alumno.- Yo estaba tratando de trabajar, en la meditación, sobre la lujuria, la ira, el miedo y entonces se confunde uno...
Maestro.- ¿Pero sobre cuál estás trabajando específicamente? Veo que eres un hombre de juicio, por lo tanto ya habrás especificado tu trabajo...
Alumno.- Yo he querido trabajar sobre la lujuria...
Maestro.- El de la lujuria es capital y se trabaja durante toda la vida, pues allí está el Pecado Original, la raíz de todos los defectos, pero siempre hay que trabajarlo asociado con algún otro. ¿Que se trabaja la ira?, pero la lujuria continúa. ¿Que se trabaja el miedo?, pero continúa la lujuria... Ese es capital.
P.- O sea, en una meditación, ¿comprender todo lo que se recuerda del "Yo"?
R.- Eso de "lo que se recuerda" me suena incoherente, vago, impreciso, inodoro, insípido, insubstancial, incoloro... Pensemos con exactitud: ¿cuál defecto acabas de descubrir en la práctica? Si estabas alerta y vigilante, como el vigía en época de guerra, tienes que haber descubierto algún defecto... ¿Cuál acabas de descubrir? ¿En qué situación te has visto ahora metido? ¿Pronunciaste alguna palabra con ira? ¿Tuviste algún impulso lujurioso? ¿Cuál fue el último que descubriste, en qué situación: fue en la casa, en un bar lo que te sucedió, o fue durmiendo?
Alumno.- Descubrí al de la ira...
Maestro.- Un arranque de ira... Me gusta que seas sincero, ¿sabes? Está bien, pues eso es lo que uno tiene que hacer: vivir alerta y vigilante, como el vigía en época de guerra. ¿Dónde fue el arranque de ira, cuál fue el momento? ¿Puedes tu visualizar el instante en que sentiste ira? ¿Puedes hacerlo, puedes visualizar como fue la cosa? Pues ahora vamos a trabajar sobre eso. Es de hechos concretos de donde vamos a partir, no vamos a partir de hechos incoloros, insípidos, inodoros, insubstanciales; vamos a partir de hechos concretos, claros y definitivos; vamos a ser prácticos en un ciento por ciento. Reconstruye, visualiza esa escena de ira, y sobre eso vas a trabajar ahora, en la meditación...
P.- Maestro, sucede que cuando uno descubre un defecto que lo está atacando, por ejemplo la ira, y uno suplica a su Divina Madre que se lo ayude a eliminar...
R.- ¿De qué situación partiste? ¿Cuándo sucedió eso?, ¿en qué calle?, ¿en qué número de casa? ¡Yo quiero hechos, no me vengas con vaguedades!
Alumno.- Sucedió ayer, precisamente, cuando tuve un ataque de ira. Yo quería ir a escuchar su conferencia y entonces ese anhelo que tuve se sintió herido porque mi esposa no quería ir, entonces me irrité; pero en ese mismo instante supliqué a mi Divina Madre y acusé al "Ego", mas no se si logré algo...
Maestro.- Vamos a ser más prácticos: te irritaste contra tu pobre esposa, ¿pero tu sabes por qué te irritaste?
Alumno.- Porque no me dejó ir a la conferencia.
Maestro.- De manera que hubo ira porque no te dejó ir a la conferencia... ¿Qué se sintió herido en tí, en ese momento?
Alumno.- El orgullo...
Maestro.- Entonces hay dos defectos: ,hay uno de ira y otro de orgullo; sobre esos dos "yoes" vas a trabajar ahora concretamente, prácticamente. La petición que hiciste en ese momento está bien, pero fue un poco a la ligera... ¿Ya reconstruiste la escena?, ¿ya reflexionaste sobre eso?, ¿ya reconstruiste la escena? ¿Cuántas horas estuviste en la cama, con tu cuerpo relajado? ¿Me lo podrías decir exactamente? Pues actuaste muy a la ligera, y necesitamos ser más profundos. El agua que corre turbia es el agua con poco fondo; necesitamos agua de mucho fondo. Los pozos, dijéramos, con poca profundidad, a la vera del camino, se secan bajo la luz del sol y se convierten en ciénagas llenas de podredumbre; pero las aguas profundas donde habitan los peces y hay vida, son diferentes. Nosotros necesitamos ser más profundos... ¿Cuántas horas permaneciste en meditación reconstruyendo la escena?
P.- Venerable Maestro, me gustaría saber algo sobre el Rasgo Psicológico Principal...
R.- Sí, es fundamental el Rasgo Psicológico Principal, porque cuando uno lo conoce, lo trabaja, y entonces se hace más fácil la desintegración del "Ego". Pero voy a decirles a ustedes una gran verdad: antes de auto-explorarnos para conocer el Rasgo Psicológico Principal, debemos haber trabajado bastante, por lo menos unos cinco años, porque no es tan fácil descubrir el Rasgo Psicológico Principal... En verdad, uno sobre su propia Personalidad tiene falsos conceptos, uno siempre piensa sobre sí mismo en forma equivocada; más bien los demás pueden, a veces, verlo a uno mejor, pero uno sobre sí mismo tiene conceptos falsos. No podría uno descubrir su Rasgo Psicológico Principal, en tanto no haya eliminado un buen porcentaje de agregados psíquicos inhumanos; por eso, si quieren conocer el Rasgo Psicológico Principal, trabajen por lo menos unos cinco años. Después de unos cinco años, podemos darnos el lujo de usar el sistema retrospectivo para aplicarlo, tanto a nuestra existencia actual (la presente), como a nuestras existencias anteriores; entonces veremos, con gran asombro, que una y otra vez cometimos el mismo error; descubriremos un "Ego" clave, que en todas las existencias ha cometido siempre los peores errores, y que siempre está especificado por un determinado delito que ha sido el eje de todas nuestras existencias anteriores. Pero obviamente, para practicar con cierta lucidez ese ejercicio retrospectivo, hay que eliminar primero muchos "yoes"; de ninguna manera podría yo creer que se pudiese descubrir el Rasgo Psicológico Principal, si uno no ha usado inteligentemente el sistema retrospectivo. Para usarlo de verdad, con lucidez, también necesitamos ser sinceros; cuando está la conciencia demasiado metida entre los "yoes", no hay lucidez, entonces el ejercicio retrospectivo, en esas condiciones, resulta incipiente, si no fantástico o equivocado; ese es pues mi concepto...
P.- Maestro, en la mañana sentí cierta reacción, mas luego en otro evento, sentí otra reacción que obedece a otros "yoes". ¿Deberé dedicarme, en la meditación, a los dos o sólo a uno?
R.- Bueno, en la meditación debes dedicarte a uno, al primero, más tarde te dedicas al otro; ahora, con fines de trabajo, dedícate al primero...
P- ¿Ese "Yo" que no se somete ahora a la meditación, no podría engordarse?
R.- Tu lo dejas para otro momento; pero si no quieres que se engorde, no le des más alimento y verás que se vuelve flaquito...
P.- Maestro, usted nos ha hablado de un orden en el trabajo, pero durante el día se le manifiestan a uno muchos defectos; por eso, tal vez, ha habido una mala interpretación nuestra al buscar un Rasgo Psicológico. ¿Cómo podemos entender eso y sobre qué se debería trabajar?
R.- Hay que tener un orden en el trabajo, claro está que sí, y estoy de acuerdo; pero al llegar la noche, con tu cuerpo relajado, pasarás a practicar tu ejercicio retrospectivo sobre tu actual existencia..., por lo menos sobre lo del día. Entonces vas a visualizar, a reconstruir los eventos del día, y ya reconstruidos, enumerados, clasificados debidamente, procederás a hacer el trabajo: primero un evento, al que se pueden dedicar unos quince o veinte minutos; otro evento, al que se le puede dedicar media hora; otro evento, cinco minutos, todo depende de la gravedad de los eventos, y así, ya ordenados, puedes trabajarlos en la noche, tranquilamente y por orden...
P.- ¿Y para eliminarlos?
R.- También por orden; porque en cada trabajo sobre tal o cual evento, entran los factores de descubrimiento, enjuiciamiento y ejecución; a cada elemento le aplicas los tres instantes: Descubrimiento, cuando tu lo descubriste; Comprensión, cuando tu lo comprendiste, y Eliminación, con la ayuda de la Divina Madre Kundalini. Así se trabaja, porque si vas a trabajar uno por uno, piensa cómo se te va a poner la cosa, se te va a poner "muy cuesta arriba", porque en realidad de verdad te digo, repitiendo aquella frase de Virgilio, el Poeta de Mantua en su divina Eneida: "Aunque tuviéramos mil lenguas para hablar y paladar de acero, no alcanzaríamos a enumerar nuestros defectos cabalmente...". De manera que si te propusieras a trabajar un defecto durante dos meses, otro defecto en otros dos meses, y si son miles, ¿cuándo los vas a eliminar todos? Además, un defecto está asociado a otro, y el otro está asociado a otro; rara vez aparece un defecto solo, siempre a un defecto se le asocia otro. Así es que hay que trabajarlos con orden, debidamente clasificados, diariamente, hasta triunfar...
P.- Maestro, usted nos habla sobre el desorden de la casa, y el Maestro Gurdjieff también habla sobre el desorden de la casa, y además sobre un "Mayordomo delegado" y sobre unos "yoes" que gustan del Trabajo y de otros que no gustan del Trabajo. ¿Cómo podríamos entender esto?
R.- Pues, francamente, ese tal "Mayordomo" tan citado por Gurdjieff, Ouspensky y Nicoll, me parece una tontería, no tiene ningún valor. Por mi parte jamás, o mejor dicho, éste que está aquí adentro (el Real Ser, Samael), que disolvió el "Ego", con sinceridad, nunca usó ese sistema del "Mayordomo". ¿Qué hay "yoes" útiles? Sí, es verdad, y también los hay inútiles. ¿Que hay "yoes" buenos? Los hay por montones, y también los hay malos... Hay que desintegrar los "yoes" buenos, hay que desintegrar los "yoes" malos; hay que desintegrar los "yoes" útiles, hay que desintegrar los "yoes" inútiles...
Un día me decía un amigo, que tenía una fábrica de hacer pantalones por allá en El Salvador:
-"Maestro, si yo desintegro el "Yo" útil que hace pantalones en mi fábrica, entonces, ¿quién va a seguir haciendo pantalones? ¿Va fracasar mi fábrica?".
-"No te preocupes -le dije al buen amigo-, si tu desintegras ese "Yo", una parte- del Ser, correspondiente a toda clase de artes, se encargará de la labor de hacer pantalones, y lo hará mejores que tú...".
Mi amigo se mostró satisfecho, y continuó en su cargo... Los "yoes" buenos hacen buenas obras, pero no saben hacerlas; hacen el bien cuando no se debe hacer: le dan una limosna a un marihuanero para que vaya a comprar más marihuana; le dan limosna a un borracho para que siga emborrachándose; le dan limosna a un rico que pide limosna, y cosas así por el estilo; son "yoes" del bien que no saben hacer el bien. En última instancia, nosotros tenemos que pelear contra el bien y contra el mal. Francamente, en última síntesis, nosotros tenemos que pasar más allá del bien y del mal, empuñar la espada de la Justicia Cósmica... Hagámonos conscientes de eso que llamamos "bien". Bueno es todo lo que está en su lugar; malo es lo que está fuera de lugar. Por ejemplo, el fuego es bueno, ¿pero qué tal si quemase las cortinas o si los asara a ustedes vivos? ¿Cómo les parecería, les gustaría verse convertidos en teas encendidas? Claro que no, ¿verdad? Ahora: el agua en ese vaso está bien; todavía en la cocina sirve para lavar los platos, pero, ¿qué tal el agua inundando todas las habitaciones? Sería mala, ¿verdad? De manera que, bueno es lo que está en su lugar; malo lo que está fuera de lugar. Una virtud, por muy santa que sea, si queda fuera de su lugar se vuelve mala. ¿A ustedes les gustaría, ya como misioneros gnósticos, dar las enseñanzas en alguna cantina? Ustedes, como misioneros gnósticos, ¿irían a una casa de citas o a un prostíbulo?, ¿les gustaría? Creo que no, y si les gusta, pues no se lo recomiendo, porque eso ya sería malo... Así que, bueno es lo que está en su lugar, y malo lo que está fuera de lugar. Al fin y al cabo, las palabritas "bien" y "mal" están mal usadas; podríamos decir, más bien, "correcto" e "incorrecto". Así es que, lo importante en la vida es, dijéramos, disolver los "yoes", ya sean éstos buenos o malos; eso no importa...


VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...