Todos los seres humanos son mecanicistas en un ciento por ciento, e inconscientes: trabajan con la conciencia dormida, viven dormidos, no saben ni de dónde vienen ni para dónde van: están profundamente hipnotizados. La hipnosis es colectiva, masiva, fluye en toda la naturaleza y deviene del abominable órgano Kundartiguador. Esta Raza está hipnotizada, inconsciente, sumergida en el sueño más profundo, y solamente es posible despertar destruyendo al "Yo", al "Ego"; aniquilándolo, reduciéndolo a polvareda cósmica.
Tenemos que reconocer, con entera claridad, que casi todos los seres humanos están en un nivel muy inferior del Ser. Ante todo, pensemos un poquito, reflexionemos un instante sobre nosotros mismos... Hemos surgido de un Rayo de Creación particular, cada uno de nosotros tiene su Rayo particular de Creación, y en ese Rayo, al cual pertenecemos, hay distintos niveles del Ser. Algunos están en niveles demasiado inferiores, otros en niveles un poco más altos, porque uno es el nivel del borracho y otro es el nivel del esoterista u ocultista; uno es el nivel del intelectual y otro es el nivel del sujeto emocional; uno es el nivel de la mujer digna, modesta, y otro es el de la mujer no digna, inmodesta; hay distintos niveles del Ser.
Ustedes, mis queridos hermanos, a través de estas pláticas, de estas conferencias, han recibido mucha ilustración esotérica. Les hemos indicado cómo independizarse de las fuerzas lunares, que son mecanicistas, y cómo adquirir la inteligencia solar. Les he dicho que por medio del Fuego podemos liberarnos de la mecánica lunar; les he dicho que por medio del Fuego podemos nosotros convertirnos en Hombres Solares; pero ante todo quiero que seamos sinceros.
Todos, esta noche, ¿ya se dieron ustedes cuenta, acaso, del Nivel del Ser en el cuál se encuentran? ¿Están conscientes, ustedes, de que están hipnotizados, de que están dormidos? ¿Ya se han dado cuenta de que ustedes se identifican, no solamente con las cosas externas, con el mundo exterior, sino que también andan identificados con ustedes mismos: con sus pensamientos lujuriosos, con sus borracheras, con sus iras, con sus codicias, con la auto-importancia, con la vanidad, con el perogrullo, con el orgullo místico, con el auto-mérito, etc.? ¿Ya se dieron cuenta, ustedes, de que no solamente se han identificado con lo exterior, sino también con eso que es vanidad, con eso que es orgullo?
Por ejemplo: ¿Triunfaron hoy ustedes sobre el día? ¿Triunfaron sobre el día, o el día triunfó sobre ustedes? ¿Qué hicieron en el día de hoy, mis queridos hermanos?, ¿qué defecto psicológico eliminaron? ¿Están seguros de no haberse identificado hoy con algún pensamiento morboso, o con algún pensamiento codicioso, o con el orgullo, o con el insultador, o con alguna preocupación, con alguna deuda, etc., etc., etc.? ¿Están ustedes seguros de eso? ¿Qué hicieron en el día de hoy? ¿Ya se dieron cuenta del Nivel del Ser en que se encuentran? ¿Pasaron a un Nivel del Ser superior, o se quedaron donde estaban? ¿Qué hicieron?, ¿a qué se dedicaron en el día de hoy, mis caros hermanos? ¿El día triunfó sobre ustedes, o ustedes triunfaron sobre el día? ¿Creen ustedes, acaso, que es posible pasar a un Nivel del Ser superior si no elimináramos defectos psicológicos? ¿O es que están ustedes contentos con ese Nivel del Ser en el que actualmente se encuentran?...
No olviden, vuelvo a repetir, que en ese Rayo al cual pertenecemos nosotros, hay distintos niveles del Ser, y si nos vamos a quedar toda la vida en un Nivel del Ser, entonces, ¿qué es lo que estamos haciendo? Para cada nivel, en cada nivel, existen determinadas amarguras, determinados sufrimientos; eso es obvio.
Todos se quejan de que sufren, todos se quejan de sus problemas, todos se quejan del estado en que se encuentran, de sus luchas, pero yo me pregunto una cosa: ¿Se preocupan los hermanos, acaso, por pasar a un Nivel del Ser superior? Obviamente, mientras estemos en el Nivel del Ser en que estamos, tendrán que repetirse todas las circunstancias adversas que ya conocemos, todas las amarguras en que nos encontramos tendrán que surgir, una y otra vez, los mismos problemas. Muchos se quejan, dicen:
-"Pero bueno, ¿cómo hago yo para salir del estado en que me encuentro? ¿Cómo haré yo para pasar a un Nivel Superior del Ser?".
Les explico que tienen que eliminar determinados defectos. mas no quieren entender. Debajo de nosotros, de cada uno de nos, hay diversos niveles del Ser; encima de nosotros, hay distintos escalones. En el nivel en qué nos encontramos, hay problemas; las luchas ya las conocemos, las dificultades son las mismas. Mientras estemos en este nivel en que nos encontramos, una y otra vez surgirán idénticas dificultades.
¿Quieren ustedes cambiar? ¿No quieren tener más los problemas que tanto les afligen: los económicos, los políticos, los sociales, los espirituales, los familiares, los de negocios, los de lujuria, los de odio, los de envidia, etc., etc., etc.? ¿Quieren ustedes salvarse de tantas dificultades? No tienen más que pasar a un Nivel del Ser superior. Cada vez que nosotros damos un paso hacia un Nivel del Ser superior, nos independizamos un poco más de las fuerzas de la Luna, que la llevamos -como ya les dije- en la carne, en la sangre y en los huesos, y en el Espíritu y en el Alma, y en todo, porque somos hijos de la Luna, por desgracia...
Algunas veces hemos hablado nosotros sobre el Rasgo Psicológico Característico Particular de cada persona. Ciertamente, cada persona tiene un rasgo característico psicológico. Eso es cierto; pero unos tendrán como rasgo característico a la lujuria, otros la codicia, otros el odio, etc., pero el rasgo característico es una suma de varios rasgos típicos, particulares. Y he de decirles a ustedes, mis queridos, hermanos, que para cada rasgo característico particular existe siempre un evento definido, una circunstancia definida.
¿Que un hombre es lujurioso? Obsérvese, luego, su vida: siempre habrán circunstancias de lujuria en su vida, acompañadas de determinados problemas... ¿Que éste es borracho? Ése es su rasgo característico: obsérvese su vida. ¿Que aquél es codicioso? Bueno, ése es su rasgo característico y alrededor de él habrán cárceles, habrán problemas económicos, abogados, pleitos, etc., etc., etc. Para cada rasgo psicológico particular existe siempre una circunstancia, o una serie de circunstancias definidas que se repiten siempre y siempre y siempre...
De manera que si nosotros no conocemos nuestro rasgo característico psicológico, vamos mal. Y necesitamos conocerlo, si es que queremos pasar a un Nivel superior del Ser y eliminar de nosotros los elementos indeseables que constituyen ese Rasgo Característico Psicológico Particular. De lo contrario, ¿cómo pasaríamos a un Nivel superior del Ser? Ustedes quieren dejar de sufrir, pero nada hacen por cambiar, no luchan por pasar a un Nivel superior del Ser. Entonces, ¿cómo podrían cambiar?
Ahora, hay un hecho concreto en la vida, y éste es la discontinuidad de la Naturaleza. Eso es obvio: todos los fenómenos son discontinuos. Así pues, los distintos niveles del Ser son discontinuos. Esto significa que mediante la evolución, no llegaríamos jamás nosotros a la perfección. El Dogma de la Evolución no sirve para nada, como no sea para estancarnos.
Yo conozco a muchos pseudo-esoteristas y pseudo-ocultistas, gentes sinceras, de buen corazón, embotellados en el Dogma de la Evolución, que aguardan a que el tiempo los perfeccione, y pasan miles y millones de años y nunca se perfeccionan. ¿Por qué? Porque nada hacen por cambiar el Nivel del Ser, permanecen siempre en el mismo escalón.
Se necesita pasar más allá del Dogma de la Evolución y meternos por el camino revolucionario, por el camino de la Revolución de la Conciencia. La evolución y su hermana gemela, la involución, son dos leyes que se procesan simultáneamente en todo lo creado, constituyen el eje mecánico de la Naturaleza, pero jamás nos llevan a la liberación; forman la Rueda del Samsara.
Hay evolución en el grano que germina, en la planta que crece, da flores y frutos, y hay involución en el árbol que se va marchitando poco a poco, degenerando, que entra en decrepitud y al fin muere. Hay evolución en la criatura que se forma entre el vientre materno, en el joven que se lanza a la lucha con la vida. Hay involución en el anciano que entra en el estado de decrepitud y al fin muere.
Las Leyes de la Involución y de la Evolución, son puramente materiales, físicas, nada tienen que ver con la Auto-realización íntima del Ser. No las negamos, existen, pero no sirven para la auto-realización.
Nosotros lo que necesitamos es ser revolucionarios, meternos por el camino de la Revolución de la Conciencia. ¿Cómo podríamos pasar a un Nivel superior del Ser, si no fuéramos revolucionarios?
Observemos los distintos peldaños de una escalera: son discontinuos. Así también son los distintos niveles del Ser, discontinuos. A cada Nivel del Ser le pertenecen determinado número de actividades. Cuando uno pasa a un Nivel superior del Ser, tiene que dar un salto y dejar todas las actividades que tenía en el Nivel del Ser inferior.
Me vienen todavía a la memoria aquéllos tiempos de mi vida, hace unos treinta, cuarenta, o cincuenta años atrás, que fueron trascendidos. ¿Por qué? Porque pasé a niveles superiores del Ser, y lo que entonces constituía para mí lo de máxima importancia, mis actividades de aquélla época, fueron suspendidas, cortadas, porque en los escalones superiores hay otras actividades, y son completamente diferentes. Así, ustedes, si pasan a un Nivel superior del Ser, tienen que dejar muchas cosas que son para ustedes importantes, y que pertenecen al Nivel del Ser en el cual se encuentran. Fluye esto, pues, de un salto, y ese salto, es revolucionario, rebelde; jamás es de tipo evolutivo, siempre es revolucionario, rebelde. No es evolutivo, ni es involutivo tampoco: es revolucionario, rebelde...
Y así nosotros, subiendo por los distintos niveles del Ser, llegaremos al Nivel del Ser más elevado, o a los niveles del Ser más elevados en Dios.
Dios mismo, es Inteligencia, "Inteligencia de la Inteligencia". No es la Luz Espiritual, es la "Luz de la Luz Espiritual"; es la "Llama de la Llama", la "Verdad de la Verdad...". Llegar a esa experiencia de lo Real, exige pasar a niveles superiores del Ser, y esto solamente es posible a través de incesantes revoluciones, de constantes revoluciones...
Cuando uno estudia los Evangelios del Cristo, viene a darse cuenta, realmente, de que el Señor de Perfecciones quiere que nosotros nos liberemos. Veamos las Bienaventuranzas, por ejemplo, que son solares en un ciento por ciento, no lunares. Comienzan las Bienaventuranzas enseñándonos la no-identificación:
"Bienaventurados -dice el Señor de Perfecciones- los pobres de Espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos".
Pues bien, ¿quiénes son los "pobres de Espíritu"? ¿No se les ha ocurrido a ustedes pensarlo? Un hombre que está identificado con el dinero, con sus pleitos, con sus negocios, etc., ¿es acaso "pobre de Espíritu"? Un hombre que está identificado consigo mismo, que está lleno de imágenes de sí mismo, que se siente grande, poderoso, sublime, inefable, etc., etc., ¿es acaso "pobre de Espíritu"? ¡Es obvio que no! El que está lleno de sí mismo, no ha dejado un puestecito para Dios; entonces no es "pobre de Espíritu". ¿Y cómo podría ser Bienaventurado?
Tomemos el orgullo, por ejemplo. No es solamente orgulloso el que tiene dinero, no es solamente orgulloso el que pertenece a una familia muy "popoff", como se dice; no es solamente orgulloso el que tiene un flamante automóvil y que se siente feliz con él; hay otro orgullo. Quiero referirme, en forma clara, al orgullo místico.
Algunas escuelas de tipo pseudo-esotérico y pseudo-ocultista, dicen:
-"Mediante la Ley de la Evolución, algún día nosotros llegaremos a ser Dioses Inefables. El hombre está llamado a convertirse en un Dios".
Claro, enseñanzas así lo conducen a uno al orgullo místico. al engreimiento espiritual, a la Mitomanía, porqué el hombre, aunque sea muy perfecto en realidad, aunque llegue a ser un Bodhisattva, no es más que eso: un hombre.
Dios es el Padre que está en secreto, sólo El es Dios. El Padre puede tomar al hombre (si es muy perfecto, si es un Bodhisattwa), ponerlo en su mente, o ponerlo en su corazón, o ponerlo a trabajar fuera de sí mismo, en algún lugar, para que haga algo; pero que ese hombre, ese "mequetrefe" se sienta siendo Dios, eso es mitomanía de la peor clase, del peor gusto. Los hombres somos hombres y nada más que eso: hombres. Dios es Dios, pero nosotros los hombres somos hombres. El que se siente muy sabio porque tiene algunos conocimientos de pseudo-esoterismo o de pseudo-ocultismo, aquí, en la mente, y piensa que ya es un gran Iniciado, etc., etc., etc., ha caído en la mitomanía, está muy lleno de sí mismo.
Cada uno de nosotros no es más que un vil gusano del lodo de la Tierra. Cuando digo así, empiezo por mí, que me considero eso y nada más que eso: un vil gusano del lodo del mundo.
Dios es Dios, pero eso es El; ¡allá El! Nosotros no somos Dioses; somos, simplemente, viles gusanos del lodo de la Tierra, y creernos Dioses es un absurdo, o creernos sabios. Así que, en realidad de verdad, mis queridos amigos, estar llenos de sí mismos, tener falsas imágenes de sí mismos, fantasías de sí mismos, no es ser "pobres de Espíritu". Cuando uno reconoce su propia nadidad y miseria interior, cuando no se siente tan "sublime", ni tan "Dios", ni tan "sabio"; cuando comprende que es un pecador como cualquier otro, entonces ya no está lleno de sí mismo y será Bienaventurado.
Pero ¿qué es eso de ser Bienaventurado? Muchos piensan que serán Bienaventurados el día que se mueran y se vayan por allá arriba, a gozar de la dicha celestial "con los angelitos". ¡No, ese es un concepto falso! Bienaventurado significa felicidad: que será feliz. ¿Dónde? ¡Aquí y ahora...! ¿Que entrará al Reino de los Cielos? ¡Correcto! Que entre en el Reino de los Cielos. Pero, ¿dónde está el Reino de los Cielos, en qué lugar del universo está? Seamos sinceros consigo mismos: el Reino de los Cielos está formado por el Círculo Consciente de la Humanidad Solar, que opera sobre los Centros Superiores del Ser. Ese es el Reino de los Cielos. Así pues, seamos prácticos y comprendamos todo esto. Así debemos actuar.
Así pues, el Evangelio del Señor comienza por enseñarnos la No-identificación. Uno se identifica consigo mismo pensando que va a tener mucho dinero, un lindo automóvil último modelo, o que la novia lo quiere, o que va a conseguir una gran fortuna, o que es un gran señor, o que es un gran sabio; hay muchas formas de identificarse consigo mismo.
Uno tiene que empezar por no identificarse consigo mismo y después no identificarse con las cosas de afuera. Cuando uno no se identifica, por ejemplo, con un insultador, lo perdona, lo ama, no puede herirlo. Y si alguien le hiere a uno el amor propio, pero no se identifica con el amor propio, pues es claro que no puede sentir dolor ninguno, puesto que no le duele. Y si no se identifica uno con su vanidad, no le importa andar por la calle aunque sea con unos calzones remendados. ¿Por qué? Porque no está identificado con la vanidad. Sí, primero que todo, no debemos identificarnos consigo mismos, y luego no identificarnos con las vanidades del mundo exterior.
Cuando uno no se identifica consigo mismo, puede perdonar. Recordemos la Oración del Señor:
-"Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores...".
Yo digo algo más: no basta simplemente perdonar, hay que cancelar las deudas, y eso es todo. Alguien podría perdonar a un enemigo, pero no cancelaría las deudas jamás. Hay que ser sinceros, necesitamos cancelar, y ese es el sentido, o el fondo de aquélla frase que dice:
-"Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores...".
Mientras uno se identifique consigo mismo, no puede perdonar a nadie. A uno le duele que lo insulten, a uno le duele que lo humillen, a uno le duele que lo menosprecien. ¿Por qué? Porque tiene el "Yo" del orgullo, tiene el "Yo" del amor propio allá adentro, bien revivo, y mientras uno tenga el "Yo" del amor propio, pues le duele que otro le hiera ese amor propio.
Así pues, si no nos identificamos, entonces nos es fácil perdonar. Y aún más, digo: cancelad deudas, que es lo mejor... Dice también el Evangelio del Señor:
-"Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad...".
Esta es otra cosa que nadie ha entendido. Bienaventurados, dijéramos, los no resentidos, porque si uno está resentido. ¿cómo puede ser "manso"? El resentido se lo pasa haciendo cuentas:
-"¡Ah, pero yo le hice tantos y tantos favores a este individuo; que yo, yo, yo y yo que lo protegí, que le hice tantas obras de caridad y vean cómo me ha pagado...! ¡Ah, este amigo que tanto le serví, y ahora no es capaz de servirme...!".
El Evangelio del Señor, cuando dice: "Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad", debe traducirse: "Bienaventurados los no resentidos". ¿Cómo podría ser uno "manso", si está lleno de resentimientos? El que está lleno de resentimientos, vive haciendo cuentas a todas horas; luego, no es "manso". Entonces, ¿cómo podría ser "Bienaventurado"? ¿Y qué se entiende por "Bienaventurado"? Se entiende la Felicidad. ¿Están seguros, ustedes, de que son felices? ¿Quién es feliz? He conocido gentes que dicen: "Yo soy feliz, yo estoy contento con mi vida, yo soy dichoso..." Pero a esos mismos les he oído decir: "Me molesta fulano de tal", o "aquél tipo me cae gordo", o "no sé por qué se me hace esto, que tanto he detestado...". Entonces, no son felices. Realmente, lo que sucede es que son hipócritas; eso es todo.
Ser feliz es muy difícil; se necesita, antes que todo, ser manso". La palabra "Bienaventuranza" significa "Felicidad íntima", no dentro de mil años, sino ahora, aquí mismo, en el instante que estamos viviendo.
Si nosotros verdaderamente nos tornáramos "mansos", mediante la No-identificación, entonces llegaríamos a ser felices. Pero no solamente debemos no identificarnos con nuestros pensamientos de lujuria, de odio, de venganza, de rencor o de resentimientos; ¡no!, hay que eliminar de nosotros a los Demonios Rojos de Seth, a esos agregados psíquicos que personifican a nuestros defectos de tipo psicológico. Tenemos que comprender, por ejemplo, lo que es el proceso del resentimiento; hay que hacerle la disección al resentimiento. Cuando uno llega a la conclusión de que el resentimiento se debe a que poseemos en nuestro interior el amor propio, entonces luchamos por eliminar el "Ego" del amor propio, el "Yo" del amor propio. Pero hay que comprenderlo, para poderlo eliminar. No podríamos eliminarlo si antes no lo hemos comprendido.
Sí, mis queridos hermanos, para poder eliminar se necesita apelar a Devi Kundalini Shakti; sólo ella puede desintegrar cualquier defecto psicológico, incluyendo al "Yo" del amor propio.
¿Están ustedes seguros de no estar resentidos? ¿Quién de ustedes está seguro de no estar haciendo "cuentas"? ¿Cuál? Pues esto que les digo a ustedes, es de tipo lunar. ¡Vean ustedes cómo llevamos la Luna en la médula de los huesos! Y si nosotros queremos independizarnos de la mecánica lunar, tenemos que eliminar de nosotros mismos el "Yo" del resentimiento, el "Yo" del amor propio, porque escrito está:
"Bienaventurados los mansos -es decir los no resentidos- porque ellos recibirán la Tierra por heredad".
Todo esto hay que entenderlo, mis caros hermanos, entenderlo con toda claridad meridiana. Cuando uno va entendiendo esto, avanza en el camino que conduce a la liberación final...
VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...