miércoles, agosto 08, 2007

REFLEXIONES...




Hermanos, debemos examinar todos nuestros puntos de vista en relación precisamente con lo que nos interesa.
Ante todo tenemos que inquirir, indagar, buscar... Pero, ¿qué es lo que nosotros buscamos?, ¿qué es lo que queremos?, ¿qué es lo que deseamos? Estamos aquí por algo y para algo; entonces: ¿Para qué estamos aquí? Obviamente, tenemos algunas inquietudes y esto es algo que ustedes sienten. Debemos entonces saber cómo resolver estas inquietudes, en qué forma trabajar, y eso es lo importante.
Todos sentimos que hay algo, algo que la humanidad desconoce; todos sentimos que hay fuerzas, maravillas de la creación que la gente ni remotamente sospecha. Buscamos algo, pero: ¿Qué es lo que estamos buscando?, ¿qué es lo que anhelamos? Si fuéramos felices, no estaríamos buscando nada, ¿verdad?; pero no somos felices, por eso buscamos y sentimos una inquietud, o una serie de inquietudes íntimas. Sabemos que hay algo más, que este mundo doloroso no es todo. Eso lo sabemos, y nosotros buscamos ese "algo más".
¡Ha llegado la hora, hermanos, de las grandes reflexiones...!
Hemos leído libros muy hermosos. ¿Quién no ha oído hablar alguna vez, de Las Mil y Una Noches? Hemos leído en los cuatro Evangelios, los milagros que hacía el Gran Kabir Jesús apaciguando las tempestades, calmando los vientos, etc. A las gentes les parece imposible, pero ya les demostré a ustedes que no es imposible desintegrar una nube; en presencia de ustedes desintegré hoy dos nubes.
También podría calmar la tempestad, o desatarla si queremos. Todos esos poderes existen en realidad, en estado latente, en cada uno de nosotros, en cada uno de ustedes, y se pueden desarrollar.
De manera, pues, que lo de Las Mil y Una Noches no es una fantasía, como se supone. Los milagros del gran Maestro Jesús de Nazareth, no son una fantasía, tampoco; ni los milagros de los Apóstoles.
Pero hay algo que buscar: ¿Qué es lo que estamos buscando?, ¿qué es lo que queremos? Todos anhelamos: ¿Qué es lo que estamos anhelando? ¿Por qué si anhelamos, si de verdad existe lo que estamos diciendo, vivimos en este estado tan doloroso en que nos encontramos? ¿Por qué? ¿Por qué sufrimos? ¡Enigmas, enigmas que tenemos que resolver!
Hermanos, los invito, pues, a la reflexión... ¿Qué es lo que nos impide a nosotros estar en comunicación con las criaturas invisibles de la Naturaleza? ¿Qué es eso que nos impide a nosotros entrar en la dimensión desconocida? Si otros pudieron hacerlo, ¿por qué nosotros no podemos? Dicen que hay Santos que levitaban... ¿Por qué no podemos hacerlo nosotros? Dicen que Ananda, el discípulo de Gautama el Buda, Shidarta Sakyamuni, en presencia de todos los de la congregación, atravesó una roca de lado a lado sin recibir daño alguno. Y, ¿qué pasa con nosotros?, ¿por qué no podemos hacerlo?
Las gentes modernas se ríen de todas estas cosas, las consideran meras fantasías, tonterías sin la menor importancia, etc. Se creen muy sabios los ultramodernos, más nada saben sobre los Misterios de la Vida y de la Muerte.
Eisenhower murió rodeado de doctores; Stalin, en Rusia, murió rodeado de los mejores cirujanos de la época; y todos se mueren. Entonces, ¿dónde está la ciencia de los sabihondos? ¿Por qué no han logrado alargar la vida más allá de lo normal? ¿Por qué tiene uno que envejecerse, como todos, y morir? Muchos pseudo-sapientes, eruditos en gran manera, se mueren como todos. Entonces, ¿en qué quedó la ciencia de estos científicos modernos?, ¿en qué tantas teorías? Si no son capaces de defender la vida humana, que es lo que más vale, ¿para qué queremos su ciencia? Si tenemos que morirnos como se mueren todos, entonces, ¿dónde está la ciencia de los sabios?
Yo los invito a ustedes a que reflexionen un poco, a que nos apartemos "un tantico" de todo ese podridero de teorías que tenemos en la ciudad; para que reflexionemos.
Entiendo que la Naturaleza está dentro del hombre, entendemos que el hombre está dentro de la Naturaleza, pero afirmarlo por afirmarlo, sencillamente porque tenemos que decir algo, tampoco nos llena. Necesitamos experimentar, sí, experimentar, eso es lo que necesitamos. Pero hay algo que nos impide experimentar. ¿Cuál es ese "algo"?
Los psicólogos nos hablan del "Yo", del "Yo" de la psicología, de la psicología experimental, etc., pero nosotros vamos más adelante con una psicología más profunda, con una psicología revolucionaria, rebelde. Sabemos, en verdad, que dentro de nosotros hay ingentes poderes; pero necesitamos que esos poderes se expresen a través de nosotros, y no se logra. ¿Qué sucede? Es indispensable..., la hora ha llegado en que descubramos la causa de nuestro dolor.
El "Yo" psicológico es una realidad que nadie puede negar; todos tenemos un "Yo" y sabemos que lo tenemos. Cuando golpeamos en una puerta y alguien nos pregunta: "¿Quién es?", nosotros respondemos: "Yo". Así pues, nadie puede negar al "Yo" psicológico. Pero este "Yo" psicológico, ¿qué es? ¿Habría alguna forma de fotografiarlo, habría una pantalla de radar capaz de registrarlo, alguna placa muy sensible que pudiera en verdad grabarlo? No hay duda de que en un porvenir existirán las posibilidades más extraordinarias, cual la de poder fotografiar al "Yo" de la psicología. No está lejos eso; ya se han logrado fotografiar las ondas mentales, ya se ha podido fotografiar el fondo vital orgánico; se le denomina cuerpo bioplástico, y bien sabemos que es el cuerpo vital del esoterismo crístico. No es extraño que en un futuro se puedan fotografiar los distintos elementos que constituyen el "Yo"; por eso no debemos nosotros sorprendernos. Así que, hermanos, los invito a la reflexión...
Cuando el "Yo" no existía, lo único que existía dentro de nosotros era eso que se llama la conciencia, la Esencia, lo que tenemos de Alma. Entonces la vida era hermosa, bella; no existía ni "lo mío" ni "lo tuyo", y todo era de todos y cada cuál podía coger del árbol del vecino sin temor alguno. Esa era la Edad de Oro, la Edad de los Titanes, la Edad en que los ríos de agua pura de vida manaban leche y miel. El cuerpo humano, en aquella Edad, parecía una caja de resonancia que registraba todas las ondas de la Naturaleza y del Cosmos. Los ojos no se habían atrofiado, como ahora; cualquier ser humano podía percibir la mitad de un Holtapannas. ¿Qué se entiende por la mitad de un Holtapannas? La mitad de las tonalidades del color. Un Holtapannas tiene, exactamente, cinco millones y medio de tonalidades del color. Desgraciadamente, cuando el "Yo" nació en nosotros, debido a las diversas equivocaciones cometidas, se atrofió el sentido de la vista, se fue degenerando cada vez más, y hoy apenas sí percibimos las siete tonalidades del color, los siete colores básicos del prisma solar.
La vista, pues, está degenerada. Todavía en la época de la antigua Babilonia, la vista no se había degenerado tanto. La Escuela de Pintores de Babilonia, podía registrar millares de tonalidades del color. Lo mismo ha sucedido con las otras facultades. Cuando el "Yo" fue desarrollándose en cada uno de nosotros, la conciencia se fue enfrascando, se fue embotellando, fue quedando allí atrapada por el tal "Yo", y las capacidades para poder oír, gustar, oler y tocar o palpar, también se fueron degenerando.
En la Lemuria, cualquier ser humano podía articular cincuenta y una vocales, óiganlo bien: cincuenta y una vocales y trescientas consonantes. Mas con el desarrollo del "Yo" dentro de nosotros mismos, la capacidad hablativa se fue degenerando y hoy apenas sí logramos articular las vocales y consonantes de nuestro alfabeto.
El olfato, todavía en Babilonia estaba muy desarrollado. Existía una escuela que se dedicó exclusivamente al estudio del olfato. El Rey de aquella época cerró esa escuela, debido a que los discípulos de la misma descubrieron los malos manejos del Gobierno. Eso no le convenía, naturalmente, al Rey, y por eso cerró la escuela. Todos los negocios turbios fueron registrados por los discípulos de esa escuela.
En otros tiempos conocí yo, en el Pacífico, las Islas Malabares (siete islas maravillosas). Me asombraba siempre, al pasar por allí, ver a los habitantes de tales islas: eran gigantes de hasta tres metros de estatura. Los huesos eran elásticos, la oreja era doble -pues un tabique que estaba en medio, les daba doble oído-; tenían dos lenguas y podían hablar con dos personas diferentes, con dos interlocutores, en distintos idiomas a la vez... Manejaban serpientes. Recuerdo que cada vez que por allí pasaban los buques, los veía manejando culebras; curaban con serpientes. Bien sabemos nosotros que la "cascabel" cura el cáncer y eso está ya demostrado, aunque los hombres de la ciencia oficial lo rechacen.
Aquellos habitantes de Las Malabares, curaban todas las enfermedades, usando para ello las más diversas serpientes. Les estoy hablando de algo concreto, exacto... ¿Qué se hicieron de aquellas gentes? Desaparecieron de la noche a la mañana; nada se supo de Las Malabares, absolutamente nada. Los esoteristas sí sabemos muy bien lo que sucedió. Lo que voy a decirles no lo aceptarían los intonsos científicos de esta época, los dechados de sabiduría, los pseudo-sapientes ultramodernos, los que lo saben todo y no saben nada. Pero la cruda realidad es que los habitantes de Las Malabares fueron debidamente seleccionados por el Rey del Mundo, por Melquisedeck, Rey de Salem, "sin padre ni madre, ni linaje alguno conocido" -hablando en el sentido terrenal, como dijera Pablo de Tarso; porque el Padre Interno de él, de Melquisedeck, es una realidad y su Madre Divina otra.
Seleccionó pues, a aquellas gentes, y se las llevó para su reino subterráneo, para Agarti... Allí hay un reino subterráneo, aunque muchos lo negasen. Las entradas a tal reino las conocen más de medio millón de personas en el Asia. Allí vive Melquisedeck, Rey de Salem. Y es precisamente él -Melquisedeck-, el Genio de la Tierra; pues bien, nosotros sabemos que el Gran Kabir Jesús dio testimonio de Melquisedeck.
Así que, hermanos, reflexionen un poco... El "Ego" es un conjunto de elementos indeseables que viven en nuestro interior. Si son reales las amebas, si son reales las lombrices en el estómago, los microbios en todo el cuerpo, ¿por qué no van a ser reales los diversos elementos inhumanos que constituyen el "Ego"? ¡Es claro que son reales! Entre esos elementos está embotellada la conciencia, la Esencia, la parte anímica de nosotros.
Debido a eso, desgraciadamente, los seres humanos han perdido el poder sobre la Naturaleza, ya no son capaces de entrar en la Tierra Prometida, en los Campos Elíseos, en el Edén, donde los ríos de agua pura de vida manan leche y miel.
Si destruimos el "Ego", nace la luz, quedamos iluminados, despertamos, empezamos a ejercer poderes sobre el fuego, sobre el aire, sobre las aguas, sobre la tierra...
Necesitamos que el "Ego" sea disuelto, desintegrado. Todos lo llevamos adentro y hay que destruirlo. Si no actuamos en esa forma, no tendremos el poder para manejar los poderes del fuego, del aire, de las aguas y de la tierra. Pero si nosotros destruimos el "Ego", si lo desintegramos y reducimos a cenizas, obviamente vendrán a nosotros los poderes y la Luz, y la Sabiduría y el Amor auténtico. Pero hay que acabar con el "Ego", desintegrarlo, hay que reducirlo a cenizas, a polvo de la tierra, a polvo cósmico...
Ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza y gula, son los siete elementos más destructivos que cargamos dentro y que constituyen el "Ego". Dicen que Jesús de Nazareth sacó del cuerpo de María Magdalena siete demonios. Pues esos son los Siete Pecados Capitales, que si los multiplicamos por otros siete y otros tantos sietes, y más y más, tendremos una legión.
Cada uno de nosotros, en su interior, carga una legión. En el Evangelio, al poseso se le llamó "Legión":
-"¿Cuál es tu nombre?" -se le preguntó.
-"¡Legión!" -dijo.
Y cada uno de nosotros es "legión", pero legión de verdad, desgraciadamente. Y en esas condiciones, nuestra conciencia está embotellada entre la legión, metida dentro de cada demonio. Por eso somos incapaces, por eso no tenemos la auténtica iluminación, por eso ya no podemos manejar los elementos de la Naturaleza, etc. Pero si destruimos la legión, si dejamos de ser legión -como nos llama el Evangelio-, entonces quedará en nosotros, otra vez, la conciencia libre, sin manchas, pura...
Ahora van viendo, los hermanos, por qué es necesario despertar. ¡Ustedes están dormidos, dense cuenta que están dormidos, ustedes no están despiertos! El mundo no es como ustedes lo están viendo; ustedes lo están viendo en sueños, ustedes no han visto al mundo todavía; lo están viendo a través de sus fantasías, a través de sus sueños, pero ustedes no conocen el mundo, no lo han visto. Viven en él y creen que lo conocen, pero no hay tal, no es como ustedes creen que es, es diferente, y tiene siete dimensiones básicas fundamentales; pero ustedes no lo conocen. Ustedes necesitan salir del estado hipnótico en que se encuentran. Cuando ustedes salgan de ese estado, verán el mundo como es: verán el aire de diversos colores; en vez de estos árboles físicos, verán ustedes a los Elementales gigantescos de los árboles; la Tierra la verán muy distinta, verán que es un organismo vivo y que ustedes están agarrados a la epidermis de ese organismo, de ese "animal viviente" que llaman "Tierra"; lo verán muy diferente.
Hasta ahora no lo han visto, ustedes no conocen el planeta Tierra, y los pseudo-científicos, esos pseudo-sapientes ultramodernos del Anticristo, mucho menos. Ellos nada saben de la vida; los científicos del Anticristo no solamente ignoran, sino que además ignoran que ignoran; creen que saben mucho, cuando en verdad nada saben, y no solamente no saben, sino que además no saben que no saben.
Despierten, hermanos, salgan de ese letargo en que se encuentran: ¡Despierten! Mas el despertar solamente es posible eliminando los elementos indeseables que en su interior cargan.
La parte práctica de todo esto es lo fundamental. Si yo no les hablara a ustedes ahora de la parte práctica, de cómo desintegrar esos elementos indeseables para conseguir el despertar y ver el mundo tal como es, se habría perdido el tiempo, nada les habría dicho. Pero yo les invito a ustedes a la auto-observación psicológica, les invito a entrar en el terreno de la psicología experimental, revolucionaria, rebelde; a salir del estado de coma en que se encuentran.
Muy fácil aceptan los dormidos que tienen un cuerpo de carne y hueso, porque lo pueden tocar físicamente, pero cuesta trabajo que acepten una psicología, porque eso no lo pueden ver ni tocar. Cuando alguien acepta, en verdad, que tiene una psicología, comienza a observarse a sí mismo, y cuando alguien comienza a observarse a sí mismo, pues obviamente se convierte en una persona distinta, en una persona diferente, en alguien que tiene inquietudes íntimas, en alguien que quiere cambiar, en alguien que quiere despertar.
Es en el terreno de la vida práctica donde nosotros debemos auto-descubrirnos. En relación con las gentes, en nuestra propia casa, en relación con nuestros amigos: en el Café, en el restaurante, en la fábrica, etc., si estamos alertas y vigilantes como el vigía en época de guerra, podremos ver nuestros defectos. Es obvio que los errores escondidos afloran espontáneamente y entonces los vemos. Defecto descubierto, debe ser comprendido profundamente, en todos los niveles de la mente. Defecto descubierto, debe ser debidamente eliminado.
¡Eliminar, eso es lo fundamental! No podríamos eliminar sin haber comprendido. Uno puede eliminar un error cuando sabe que lo tiene y cuando lo ha entendido, de lo contrario, ¿cómo lo eliminaría? Pensemos en eso, mis estimables hermanos: en la eliminación. Mas, ¿cómo eliminar? Todos los pueblos antiguos le rindieron culto a Tonantzin, a María, Maya, Isis, Adonía, Rea, Cibeles, etc. Los pueblos antiguos de Anahuac fueron serpentinos en un ciento por ciento. Bien sabemos que ese Eterno Femenino -Dios-Madre, como se le dice en el Esoterismo Crístico-, está simbolizado por la Cobra Sagrada de los antiguos Misterios, por la Serpiente Ígnea de nuestros mágicos poderes, que los indostanes llamaron siempre Kundalini. Si uno ha comprendido que tiene tal o cual defecto de tipo psicológico, y que ese defecto es un obstáculo para llegar a la sabiduría, pues debe concentrarse en esa Cobra Sagrada de los antiguos Misterios, llamada por los orientales Kundalini, y suplicarle de verdad, en forma enfática, como suplicaban en los antiguos Misterios los discípulos de Isis a su Divina Madre, que desintegre el defecto que nosotros hemos comprendido íntegramente, en todos los niveles de la mente. Pueden ustedes estar seguros que Devi Kundalini Shakti nos ayudará, a condición de una conducta recta. Por ese camino iremos desintegrando, reduciendo a cenizas, convirtiendo en polvareda cósmica nuestros defectos psicológicos.
La mente, por sí sola, jamás podría alterar fundamentalmente ningún defecto de tipo psicológico. La mente puede rotular los defectos con distintos nombres, pasarlos de un departamento del entendimiento a otro, esconderlo de sí misma y de los demás, justificarlos o condenarlos, mas no alterarlos radicalmente. Necesitamos de un poder que sea superior a la mente. Afortunadamente, ese poder existe en cada uno de nosotros. Quiero referirme pues, en forma enfática, a Devi Kundalini Shakti. Sólo con ese poder trascendental, podemos en verdad nosotros eliminar los diversos elementos dentro de los cuáles está embotellada la conciencia.
Si desintegramos tales elementos, viene el despertar, se adquieren poderes sobre el fuego, sobre el aire, sobre las aguas, sobre la tierra y sobre la Naturaleza entera, sobre el Cosmos. Creo que los hermanos van comprendiendo la necesidad de desintegrar sus errores, de desembotellar su conciencia, de hacerla libre. Nadie puede saber lo que es la verdadera libertad, en tanto la conciencia esté metida en la mazmorra inmunda del "Yo" psicológico; nadie podrá saber qué cosa es la felicidad, en tanto la conciencia continúe enfrascada entre la mazmorra inmunda del "Yo"; nadie podría saber realmente qué es la verdad, en tanto no la experimente; y nadie puede llegar a experimentar la verdad mientras la conciencia esté metida entre el "mí mismo", entre el "yo mismo": entre "mi persona", entre lo que "yo soy", entre lo que es cada uno de ustedes.
La verdad no es cuestión de teorías, ni de conceptos, ni de suposiciones. La verdad hay que verla, tocarla, palparla; hay que experimentarla, como cuando uno mete el dedo en el fuego y se quema. Una opinión, por muy respetable que sea, no es la verdad. Una idea sobre la verdad, no quiere decir que sea la verdad. Un concepto sobre la verdad, por sincero que sea, tampoco es la verdad. La verdad es "lo desconocido de instante en instante, de momento en momento", la verdad hay que experimentarla, y solamente puede ser experimentada en ausencia del "Yo". Es necesario volver polvo al "Yo" para que la verdad quede en nosotros.
Jesús, el Cristo, dijo: "Conoced la verdad y ella os hará libres". Es necesario que la verdad sea conocida y no puede conocerse si no se experimenta, y no se puede experimentar sino en ausencia del "Yo". Necesitamos, pues, desintegrar el "Yo", volverlo polvo, para que quede en nosotros la verdad. Entonces estaremos llenos de plenitud, habrá felicidad en nuestros corazones, dicha sin límites; veremos el mundo como es, y no como aparentemente es; escucharemos las más sublimes sinfonías del Cosmos inefable, gozaremos de una Bienaventuranza sin límites, estaremos en estado de beatitud perfecta, toda lágrima desaparecerá de nosotros, ya no habrá más dolor...
En tanto continúe el "Yo" vivo, tendremos que sufrir. Las raíces del dolor las cargamos dentro de nosotros mismos, no afuera, están en los distintos defectos que en nuestro interior cargamos. El mundo es muy distinto. Ha llegado la hora de morir para ver el mundo como es.
Así, queridos hermanos, que los invito a la disolución del "Yo", del "mí mismo", del "sí mismo". Sólo así podrán ustedes gozar de la felicidad auténtica.
Bien, mis caros hermanos, ahora voy a limitarme a escuchar preguntas, y después impartiremos, con la ayuda del Espíritu Santo, el "Don de Sanidades...". Hable, hermano.
P.- Maestro: ¿Qué es el Cristo Íntimo y por qué la humanidad no puede conectarse con Él?
R.- ¡Porque hay que encarnarlo! Él es como la electricidad, como la fuerza de la gravedad. Está en cada átomo del Cosmos, subyace en el fondo profundo de todo lo que es, de todo lo que ha sido, de todo lo que será. No es un individuo humano o divino: Él está más allá de la Personalidad y del "Yo"; El es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será; es la vida que palpita en cada átomo, como palpita en cada sol. ¡Hay que encarnarlo!
-"Al que sabe, la palabra da poder; nadie la pronunció, nadie la pronunciará, sino solamente aquél que lo tenga encarnado":
Hay que encarnar el Verbo. Escrito está:
-"En el principio era el Verbo y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Por Él, todas las cosas fueron hechas, y sin Él, nada de lo que es hecho, hubiera sido hecho".
¡Hay que encarnarlo!, y se encarna siguiendo la senda de la Cristificación: disolviendo los elementos indeseables que en nuestro interior cargamos; transmutando la libido sexual -citada por San Agustín-, trabajando en la Forja de los Cíclopes; y sacrificándonos por la humanidad... ¿Alguna otra pregunta?
P- Maestro: ¿qué nos puede usted decir del sonambulismo?
R.- Sonámbulos son todos los seres humanos que pueblan la faz de la Tierra; sonámbulos son todos esos millones de seres humanos que van y vienen por las calles de la ciudad; sonámbulo es ese hombre que atiende su riqueza y el mísero peón que trabaja en su tierra; sonámbulos son todos estos humanoides intelectuales. Así pues, hermano, no te preocupes tanto por el sonambulismo, que "si por allá llueve, por aquí no escampa...".
P- ¿Cómo puede uno valorar o saber si está trabajando adecuadamente en la disolución del "Yo"?
R.- El sentido de la auto-observación psicológica deberá desarrollarse poco a poco; se desarrolla con el uso. En principió, tu podrás descubrir, mediante la mera asociación intelectual, que tienes tal o cual defecto psicológico y te dedicarás a trabajarlo para desintegrarlo, pero más tarde en el tiempo, a medida que te vayas auto-observando, el sentido de la auto-observación psicológica se irá desarrollando. Y por último, llegará el día en que podrás ver perfectamente tus defectos, o "yoes" que personifican tus defectos. Podrás verlos y podrás ver el trabajo que estás realizando. Pero tiene que desarrollarse, primero, el sentido de la auto-observación psicológica, y se desarrolla con el uso, usándolo, porque escrito está, que "sentido que no se usa, se atrofia"; "órgano que no se usa, se atrofia". Hay que usarlo, sacarlo de su estado de atrofiamiento, mediante la auto-observación.
P- ¿En cuánto tiempo, trabajando intensivamente, se puede morir totalmente?
R.- El tiempo no tiene realidad, es algo meramente subjetivo... ¿Qué hora es? ¿Tú podrías poner esas horas aquí, para examinarlas? Las tales horas, ¿dónde están? ¿Qué tienen, entonces? No tienen ninguna realidad, es un concepto subjetivo, nada más; es algo que está hecho para el mecanismo del reloj. El tiempo no existe, sólo existe un instante eterno, un eterno ahora. Sale el Sol y se oculta, y entre el salir y el ocultarse ponemos nuestras queridas horas, una fantasía y nada más, porque entre el salir el Sol y el ocultarse no hay horas. Todos esos procesos se realizan de instante en instante, de momento en momento. Así pues, el concepto "tiempo" no existe. Lo único que sirve son los tremendos súper-esfuerzos íntimos que hay que realizar en nosotros mismos y dentro de nosotros mismos, aquí y ahora. Esto no es cuestión de mero intelectualismo. Para disolver los "yoes" -los defectos-, para liquidar al "mí mismo", al "Ego", se necesita pasar por tremendas crisis emocionales durante el trabajo. No olviden ustedes que si el agua no hierve a cien grados, no se cocina lo que hay que cocinar y no se desintegra lo que hay que desintegrar. Así también, si no pasamos por tremendas crisis emocionales, pues no se desintegra el "Ego" y no cristaliza en nosotros lo que hay que cristalizar. Conforme nosotros vayamos desintegrando el "Ego", va cristalizando en nosotros eso que se llama "Alma". ¿Y qué cosa es el Alma? Poderes, atributos, virtudes, fuerzas especiales. Y al fin llegará el día en que, desintegrando lo que hay que desintegrar, cocinando lo que hay que cocinar, cristalizará en nosotros toda el Alma; entonces poseeremos Alma y nuestro mismo cuerpo será entonces Alma. Necesitamos cristalizar en nosotros, eso que se llama "Alma". ¿Me han entendido?
P.- Quisiera preguntarle, Venerable Maestro, lo siguiente: ¿se puede trabajar sobre todos los defectos a la vez, o hay que trabajar sobre uno solo y luego eliminarlo?
R.- Bueno, todo depende de que nos pongamos bien "aguzados", porque en el terreno de la vida práctica es donde vamos a vernos nosotros de cuerpo entero, tal como somos. Supongamos que tenemos nosotros una novia, y que vamos por la calle y que encontramos a la tal novia conversando "muy quedito", "muy quedito", con otro "cuate". ¿Qué sentiríamos? ¡Celos!, ¿verdad? ¿Y si nos llegamos a enojar? ¡Ira! Y si nos sentimos con mucho dolor, ¿qué hay? Que el "Yo" del amor propio ha sido herido. De manera que hay, en este evento, tres "yoes": el "Yo" de los celos, el "Yo" de la ira y el "Yo" del amor propio. ¿Qué hacer? Al llegar a la casa tenemos que entrar en meditación, reconstruir la escena con la ayuda de la imaginación creadora, y después tratar de comprender al demonio celos -que es el fundamental-, al de la ira y al del amor propio. Comprendidos esos tres (a cada uno lo vamos comprendiendo por separado), o ya comprendido cada uno, procederemos a la eliminación... Comprenderemos primero al de los celos, mediante el análisis, y llegaremos a la conclusión de que los celos son absurdos. Luego, concentrados en Devi Kundalini, pediremos la desintegración del mismo. Nos concentraremos en la ira y veremos que es locura, que la ira es una forma de la locura; que es bestial. Nos concentraremos en Devi Kundalini y le pediremos la desintegración de tal demonio. Comprenderemos al del amor propio, al de la auto-importancia, y le rogaremos entonces a Devi Kundalini que desintegre tal elemento psicológico del amor propio (el amor propio es absurdo). Así pues, ya comprendido cada uno de esos tres elementos, pues vamos a desintegrarlos... En cada escena de la vida práctica, entran en juego varios "yoes", y a ésos de cualquier escena hay que volverlos polvo. Esa es mi respuesta.
P.- Para pedirle a la Divina Madre, ¿qué fórmula puede uno usar para dirigirse a ella?
R.- Tú, ¿para qué quieres una fórmula? Cuando tú platicabas con tu madrecita en la niñez, ¿necesitabas alguna fórmula especial? Tu tenías hambre y le pedías a tu mamá la leche, y ella te daba el pecho -previamente "chillabas"-. Pues así tenemos que proceder con nuestra Divina Madre Cósmica, igual. ¿Cómo hace el niño cuando tiene hambre? Comienza llorar, y entonces la madrecita le pone el pecho, lo alimenta. Así tenemos que hacer nosotros con nuestra Divina Madre Kundalini; eso es todo. Ser natural, ser espontáneo, platicar con ella, "chillarle", rogarle... Ella es nuestra madrecita, al fin y al cabo, y ella tiene que saber qué hacer con nosotros.
P.- Maestro, ¿es cierto que practicando la Magia Sexual se puede pagar Karma?
R.- ¡Bueno, bueno, bueno! ¡No me mezclen "la gimnasia con la magnesia"! Eso es diferente; la cuestión del Karma es una cosa, y esta otra cosa del sexo, de la Magia Sexual, es diferente, son dos departamentos diferentes. Ahora, hablemos de Karma, ya que eso es lo que tú quieres que hablemos. Si tú estás pasando por tal o cual sufrimiento, ¿qué haces? Pues tienes que concentrarte en Anubis, el gran Regente de la Ley, y pedirle, por lo menos, que te dé una oportunidad para pagar tu karma trabajando por la humanidad. Le pides, a través de la meditación profunda, y laboras en alguna forma por el bien de nuestros semejantes. Por ejemplo: con las Cadenas podemos servir mucho al pueblo, o esparciendo los conocimientos, llevándolos a todas partes, trayendo a otros al camino esotérico. Así es claro que tenemos oportunidad de cancelar deudas viejas; eso es obvio. De manera que, el Karma es una cosa, y otra es ya el trabajo con la transmutación; es diferente, ¿no? El Karma pertenece al departamento de la Ley, y la transmutación pertenece al laboratorio del alquimista. Son dos ministerios diferentes.
P.- ¿Cuál es el laboratorio del alquimista?
R.- El laboratorio del alquimista es el laboratorio de la Naturaleza, y el laboratorio de la Naturaleza está dentro de nosotros mismos, aquí y ahora; está constituido por todos esos utensilios que se simbolizan claramente en los viejos textos de Alquimia. ¡Hay que estudiar Alquimia! Estúdiate a Sendivogius, estúdiate a Nicolás Flamel, a Raimundo Lulio, al Trevisano; estúdiate a Fulcanelli -que es formidable-, y verás que por medio de la Alquimia puedes transformarte.
P.- Maestro, ¿Podría usted hablarnos de los "yoes" buenos?
R.- ¡Ah, son hasta simpáticos! Pero también te digo que por muy buenos que sean, no saben hacer el bien: hacen el bien cuando no se debe hacer; eso es lo grave. Viene, por ejemplo, un marihuanero por allí, a pedirnos una limosna, y se la damos. ¿Por qué? Porque un "Yo" bueno se la dio. Viene un borracho a pedirnos una limosnita, y se la damos para que continúe tomando pulque en la cantina. Así pues, esos "yoes" buenos hacen el bien cuando no se debe hacer. Recordemos algo que es muy importante: "bueno" es aquello que está en su lugar; "malo" es aquello que está fuera de lugar. El agua del lavamanos, es buena; el agua fuera del lavamanos, invadiendo la sala, entrando en la recámara, es malo. El fuego, por ejemplo, es magnífico en la cocina, pero fuera de la cocina, quemando las cortinas de la sala, es malo. Así pues, "bueno" es lo que está en su lugar; "malo", lo que está fuera de lugar. Resulta que los "yoes" buenos hacen el bien cuando no se debe hacer. ¿Por qué? Porque son subjetivos en un ciento por ciento. Nosotros necesitamos desintegrar los "yoes" buenos y necesitamos desintegrar los "yoes" malos...
Me decía alguien que tiene una fábrica muy especial de pantalones:
-"Maestro, si yo desintegra el Yo que hace pantalones, que es un Yo bueno, un Yo útil, ¿entonces se acaba la fábrica?".
Le respondí:
-"Eso no se acaba, porque el Ser tiene muchas partes autónomas y conscientes, y hay una parte de tu propio Ser que puede, perfectamente, reemplazar a ese Yo bueno o útil, y esa parte hará los pantalones mucho mejor y hasta más baratos...".


VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...